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NOCIONES DE ARTE MODERNO: DESDE FINALES DEL S.XIX HASTA LA CONTEMPORANEIDAD (Introducción)

Imágenes: Age Fotostock-Archivo Salvat

En ALMURARTE ofrecemos esta sección sobre teorías y conceptos que esperamos sirvan para plasmar de manera ilustrativa el sentido del Arte Moderno, las diversas rutas que lo han caracterizado desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Nuestra intención no es otra que la de recordar ciertas nociones de Arte que, aun sobradamente conocidas nos pueden ayudar a consolidar aspectos olvidados o ignorados. Queremos alumbrar su fascinante recorrido, las manifestaciones más relevantes, la diversidad de soportes y categorías (pintura, escultura, arquitectura, cine, modos de expresión actuales, etc.), así como el trabajo de los responsables más destacados. Pero, sobre todo, intentaremos de manera didáctica establecer una vía para definir la evolución del Arte, su papel esencial en la cultura de nuestros días, su consecuencia irrevocable y directa del desarrollo de nuestro mundo. 

  Para entender el Arte de cualquier época hay que establecer determinados parámetros históricos, como base inevitable donde la manifestación estética tomará cuerpo.  El periodo seleccionado aquí no resulta en vano porque, es quizá desde finales del diecinueve cuando en el mundo del Arte se van forjando nuevas vías de conocimiento y de expresión. Resulta indudable que, como citara Vasili Kandinsky, “el arte es hijo de su tiempo”, donde aludía a las emociones y vivencias que se podían experimentar en cada época artística, y por ello, lo que primaría es su relación inexorable con cada época de la Historia y sus múltiples sucesos. Por consiguiente, en los comienzos de este amplio panorama que exponemos sobre el Arte Moderno, partiendo de mediados de siglo transitaremos por el cambio de paradigma político (consolidación de las monarquías parlamentarias y de los nacionalismos, con evidentes titubeos), ideológico (Positivismo de Comte, Materialismo de Marx, entre otras propuestas), económico (Revolución Industrial frente al sector primario), sociológico (expansión de las ciudades, toma de conciencia en el mundo laboral), cultural (Romanticismo), o científico (Pasteur y las investigaciones médicas).

   Pues bien, el Arte de esa época recorrerá en paralelo un camino muy apegado a dichos acontecimientos históricos, pero con la determinación de abrirse paso, aun inconscientemente, hacia su propio destino siempre inacabado y siempre infinito. En definitiva, los nuevos síntomas del mundo moderno influyeron e influyen decisivamente en las flamantes propuestas artísticas. Las alteraciones históricas tienen su reflejo en la creatividad que, no obstante, refleja sin ambages su específica forma de concebir los nuevos tiempos.  

Quizá fue la faceta más significativa del cambio, el Impresionismo pictórico, la que culminara un largo recorrido iniciado en los albores del siglo XIX, con ciertas reminiscencias románticas de las décadas siguientes. Dicho movimiento venía a sintetizar aquel innovador modo de representar la naturaleza, pero también implicaba un momento iniciático en el arte contemporáneo, puesto que proponía transformadoras fórmulas de crear. Sabemos que no sólo la paleta impresionista daba protagonismo a la luz y al color, sino también a la pincelada suelta y ligera, al igual que ligera era la Historia donde evolucionaba un mundo cada vez más acelerado. La apertura a prácticas científicas y técnicas trascendentales, el advenimiento de otros parámetros socioculturales, tuvieron, por tanto, su reflejo en un lenguaje plástico impulsor de la modernidad, en cierto modo.

En este modesto viaje que ALMURARTE propone, nuestros comentarios abordarán de manera cronológica el periodo convulso, y abigarrado, de nuestra contemporaneidad. Analizaremos las diversas fases históricas, pero nuestra meta se centrará en recordar, de la manera más objetiva posible, las experiencias y nociones del Arte de nuestro tiempo: rupturas y convivencias de las concepciones pictóricas, escultóricas, arquitectónicas, urbanas, pero también, la importancia de la fotografía, el cine y las rompedoras formas de expresión actuales, como elementos eminentemente transformadores. Igualmente, rescataremos la opinión de algunos críticos e intelectuales que nos alumbren con certeza el camino, ya que nuestro objetivo solo puede aproximarse a establecer algo ya conocido.

 Por último, nunca olvidemos que, hasta llegar a estas primeras décadas del Siglo XXI, el Arte ha supuesto una cambiante y apasionante forma de entender la vida para buena parte de la humanidad. ¿Nos acompañas?

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