Victor M. Villa
Profesor de Geografía e Historia en el IES Prado Mayor (Totana)
El Löwenmensch de la cueva de Hohlenstein-Stadel en el sur de Alemania es la figura teriántropa (mitad animal y mitad humana) más antigua conocida. Se encuentra en el Museo de Ulm de Arte y Arqueología.
Se trata de una figura de 30 cms realizada a partir de múltiples piezas de marfil de mamut joven fabricada hace unos 40.000 años durante el período Paleolítico Superior auriñaciense. Descubiertas sus diferentes astillas en 1939, se tardaron tres décadas en recomponer la figura completa. Para Jill Cook, del Museo Británico, su creador debió de conocer muy bien las técnicas y el material e invertir cerca de 400 horas de trabajo, según los experimentos realizados.
Para hacerse una idea del universo cultural en el que fue concebida, a escasos 35 kms y con cronologías cercanas se encuentran las cuevas de Geissenklösterle y Hohle Fels, donde se han hallado, también en marfil, la flauta y el amuleto de fertilidad o de Diosa Madre más antiguos encontrados.
Los restos de materia orgánica (sangre) en la boca, revelan que tomaba parte en algún tipo de ritual. Para Joachim Kind, arqueólogo del lugar, la cueva de Hohlenstein-Stadel tiene todas las características para haber sido un lugar sagrado, como un santuario.
Este obra da muestra de la capacidad cognitiva de los primeros homo sapiens europeos para llevar a cabo un gran esfuerzo de imaginación en la concepción de un ser ajeno a la realidad visible, con una simbología, en el que confluyen probablemente los atributos de fuerza, potencia y autoridad asimilados tradicionalmente a esta criatura felina, relacionados con una figura humana, dando lugar a una imagen de culto de un ser sobrenatural.