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EXPOSICIÓN “TEXTURAS ABSTRACTAS”

-SANTOS BASTIDA.

Cehegín-La Galería (c/López Chicheri)

(Desde el 28 de julio al 20 agosto)

Texto: Francisco Peñalver, Comisario.

Texturas Abstractas es el título escogido por el autor para dar nombre al conjunto de obras que componen esta exposición. En ellas, Santos Bastida, continúa la línea iniciada a finales de los años 80 al comienzo de su carrera. Una línea, sin duda, caracterizada por lo que constituye la clave fundamental de su proceso creativo: lo indeterminable y absolutamente personal. Dicho con otras palabras, la ausencia de adscripción y pertenencia concreta a estilo o corriente alguna. Esto no quiere decir, no obstante, que no se deje sentir, claramente, en sus obras la impronta de todo aquello que se agitaba durante las décadas que van de 1960 a 1990 y que cristalizó principalmente durante el decenio de 1980 que algunos han denominado “la era del entusiasmo”. En estos años, España asistía a su consolidación como sociedad de transición, y a su construcción democrática y moderna que atrapaba, por fin, lo tan ferozmente perseguido durante tanto tiempo. Eran tiempos de libertad y de nueva identidad.

Pedro Almodovar lo expresó claramente cuando dijo: “No éramos una generación; éramos un movimiento artístico; no éramos un grupo con una ideología concreta. Éramos simplemente un puñado de gente que coincidió en uno de los momentos más explosivos del país”. Por tanto, no ha de extrañar que toda esta atmósfera sea perfectamente percibible en la idiosincrasia y la obra de Santos Bastida.

Expresionismo, Abstracción geométrica y figurativa, Op Art, Pop Art, pasando por la Pintura Metafísica, el Diseño Gráfico…, son fuentes que laten tras las imágenes que observamos. Todo aquello que se puede definir como Informalismo y Vanguardia.

Compuestas por superficies uniformes, una paleta de color primario, fuerte y plano, ambos tratados con técnicas mixtas, configuran esas texturas bidimensionales y abstractas; uno de los objetivos principales perseguidos en su producción. En sus propias palabras: “el color es decisivo en mi obra. Busco una armonía sólida entre éste y lo formal de la obra”.

Testigo privilegiado de aquellos momentos, y precisamente por su implicación de manera tan destacada en ellos, confiesa que su obra “puede contener un fuerte mensaje social, aunque a veces no sea algo concreto, ni fácilmente distinguible. Alguna de las imágenes pueden tenerlo y otras no. Pero en general, un contenido común a toda la muestra, no es algo que haya proyectado”.  No obstante, ese compromiso asoma en su obra, sobre todo en aquellas en las que la figura humana está presente. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta todo lo dicho acerca de su trayectoria y el contexto en el que vivió.

Santos Bastida y su obra pueden ser considerados como un ejemplo vivo, que reaparece en el Colectivo de Artistas Plásticos de Cehegín, que mantiene y nos trae la llama de una época de la que se ha dicho que “fue una fiesta, un momento de ilusión y de optimismo, en las que se resquebrajó el conservadurismo y se resistió al arte comprometido”.

Lo que ocurrió después es otra historia; llegaron los años 90.

Francisco Peñalver Rodríguez.

José Hernandez Rubio

Autor José Hernandez Rubio

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