Esta exposición de arte muestra lo que a menudo preferimos ocultar. En Donde duele la vida las heridas toman forma y color, y se revelan las cicatrices de nuestro cuerpo, alma y memoria. A través de sus obras, el espectador se sumerge en un paisaje íntimo donde el dolor, en sus múltiples manifestaciones, se expone sin reservas.
Cada pieza, ya sea abstracta o realista, se convierte en un espejo que refleja las heridas humanas: las que marcaron nuestra infancia, las que nacen del amor y de la amistad, las que el cuerpo registra como testimonio de lo vivido, y aquellas que invisibles, se clavan en lo más profundo del alma. También se muestra el trauma de lo vivido que nos paraliza, la herida del abandono, la herida del silencio, el lastre de la herida heredada de la familia, la herida física, y las laceraciones cotidianas que disimulamos bajo lo piel.
Con técnicas que incluyen pintura y pintura expandida con uso de texturas, las obras no limitan la contemplación, sino que se muestran vivas. Parecen abrirse y respirar, sangrar y sanar frente a los ojos del espectador, a la vez que los invita a la introspección y a la reflexión sobre su dolor, y su propia sanación, transformando el dolor en materia, la cicatriz en poesía visual, y la herida en un lenguaje universal que no necesita palabras para ser comprendido.
La exposición no busca respuestas, ni consuelo, sino que invita al enfrentamiento directo con el dolor y las marcas que la vida ha dejado en cada uno de nosotros. Donde duele la vida es un recorrido por la fragilidad humana, un homenaje al coraje y a quienes llevan su herida con dignidad; una reflexión sobre el poder sanador del arte frente a lo que más duele.
Exposición solidaria con la Asociación Quiero Crecer de Murcia, que promueve la salud mental en niños y adolescentes, ofreciendo especial atención a menores víctimas de violencia intrafamiliar.